Palacio Lercaro es Historia

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Contexto histórico

El primer testimonio histórico de la Casa Palacio Lercaro tiene sus orígenes a mediados del año 1600 (s. XVII), después de que los primeros colonizadores se asentaran en la isla (s. XVI), siendo el Adelantado D. Alonso Fernandez de Lugo el que procedió al reparto de las tierras.

En un primer momento el reparto se hace entre los castellanos, aborígenes de otras islas que ayudaron en el proceso bélicos, los antiguos pobladores de Tenerife, así como algunos comerciantes extranjeros que decidieron afincarse en estas tierras, en vista del posible desarrollo comercial y económico que suponía el asentamiento en los nuevos territorios.

Una vez establecidas las primeras familias en La Orotava, se inicia la organización del primer asentamiento urbano diseñándose las primeras vías y edificaciones de la Villa. Este primer trazado urbano permanece casi inalterable hasta principios del siglo XVI, fecha en la que se continúa la construcción de viviendas en los solares que hasta entonces habían permanecidos vacíos y abrirse nuevas vías de comunicación. La población se irá asentando siguiendo la distribución natural de la compleja y pendiente orografía que caracteriza a la Villa, con la particularidad de que los vecinos más humildes se localizan en la Villa de Arriba y los más acomodados en la de Abajo.

Una Casa señorial del siglo XVII

Los orígenes de la Casa Lercaro, también conocida como de Ponte Fonte hay que buscarlos a mediados del siglo XVII con el matrimonio de Don Jerónimo de Ponte Fonte y Pagés y Doña Catalina Grimaldi Rizzo de Lugo, quienes fundaron un mayorazgo vinculando la casa, así como otras propiedades y tierras. El inmueble comenzó a construirse tres años antes de su unión, en terrenos propiedad de la familia de Doña Catalina, en 1651 como aparece grabado en la portada de rejas que podemos ver en este mismo zaguán.

(…) las cuales casas de mi morada, que son arriba de la iglesia mayor, notorias y conocidas, se hicieron en sitio del licenciado don Luis Grimaldi de Ponte y Lugo, mi hermano, presbítero a quien pertenece dicho sitio, con cuyo consentimiento se fabricaron dichas casas, en atención a que debía ser dicho sitio, de quien sucediera en este mayorazgo, que es el dicho don Bartolomé, mi hijo, en quien su padre tuvo intención de fundarlo y al presente lo fundo yo.

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Casa Lercaro La Laguna. Foto de: Wikimedia Commons

La última heredera de esa familia de la propiedad, fue Doña Antonia Elvira de Ponte y Benítez de Lugo (1748-1802) debido a la temprana muerte de su padre Don Jerónimo Francisco de Ponte en 1750, unos quince años antes de que falleciera su padre el coronel.

Doña Antonia Elvira de Ponte, contrae matrimonio con el capitán D. Diego Lercaro Justiniani Ponte y Westerling en 1796, ilustrado miembro de la Real Sociedad Económica de La Laguna, que tenía sus propiedades en esta ciudad y por esta razón Doña Antonia se traslada a vivir a la casa que la familia Lercaro poseía en La Laguna. Fruto de este enlace, nace Don Antonio Juan Lercaro-Justiniani, quien heredará el mayorazgo de La Orotava a la muerte de su padre en 1828, siendo el primer miembro de la dinastía Lercaro que vivió en la casa Ponte Fonte. Con el traslado de la familia al mayorazgo de la Orotava, se da por finalizada la presencia de la familia Lercaro en La Laguna.

Doña Eugenia Lercaro – Justiniani y Muret, última descendiente de la familia Lercaro en Canarias, contrajo matrimonio con Don Antonio José Fernández de la Cruz, ilustre médico de los Llanos de Aridane. A su muerte la finca fue enajenada por sus herederos.

El Grupo del Conjunto Histórico La Casa de Los Balcones

Desde 1989 la propiedad ha contado con diferentes propietarios hasta llegar a la fecha de 1994, en el que es adquirida por su actual propietario Don Carlos Schönfeldt Machado, quien posee además otros dos inmuebles emblemáticos, como es la conocida Casa de Los Balcones y la Casa de Molina (Casa de artesanía Eladia Machado).

Casa Lercaro está considerada uno de los mejores ejemplos de arquitectura típica canaria. Se trata de un edificio emblemático, perfecto para conocer parte de la historia del arte de Tenerife, descubrir cómo debió ser la vida de las grandes familias aristocráticas orotavenses y ver de cerca elementos del patrimonio etnográfico de la isla.

Además puede presumir de formar parte de las casas históricas en todo el mundo que ostentan el título de Bien de interés Cultural (BIC) con la peculiaridad de tener doble categoría: Por un lado Casa Lercaro es considerada Bien de interés Cultural con categoría de Monumento. Pudiéndose ver la resolución del Boletín Oficial de Canarias (BOC).
 
Por otro lado es también Bien de Interés Cultural con categoría de Sitio Etnológico, a favor de los acueductos de los molinos, también publicado en el (BOC).