Arquitectura

Contexto

Dos son los condicionantes que determinarán el desarrollo del estilo mudéjar en las construcciones canarias: la escasez de materiales ricos y la procedencia andaluza de la mayoría de carpinteros y artesanos que llegaron a las islas.

Ello provoca que hasta fechas muy recientes se construya en este estilo, modificándose solamente las aportaciones decorativas externas para los movimientos artísticos más representativos como el renacimiento y el barroco.

La pervivencia del mudéjar se deja sentir sobre todo en el tratamiento de las carpinterías, principalmente en los ajimeces, balcones y cubiertas de madera, mientras que las paredes se fabrican en piedra seca con alguna argamasa de barro

Evolución histórica de la casa

Tal y como se ha reflejado en la evolución dinástica de la familia Ponte – Lercaro, el mayorazgo fundado en 1676 por Don Jerónimo de Ponte Fonte y Pagés y su esposa doña Catalina Grimaldi Rizzo de Luego, padeció diferentes vicisitudes a lo largo de prácticamente cuatro siglos de existencia.

La evolución histórica natural de la familia motivó la transformación arquitectónica del inmueble, ajustándose a las diferentes necesidades, modas, gustos, de sus herederos. El aspecto actual que presenta la vivienda es el resultado de las distintas intervenciones que ha ido sufriendo a lo largo de los siglos. 

La distribución de la vivienda, con habitaciones en torno a un patio interior, sigue el modelo de la arquitectura tradicional canaria, manteniéndose prácticamente inalterable con el transcurso de los siglos, salvo los elementos decorativos, principalmente de fachada, que determinaban los diferentes estilos artísticos.

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Las partes más representativas de la casa

Fachada Lercaro

Fachada

La fachada de la vivienda se utilizó con frecuencia como seña identificativa de su propietario, por lo que existirá una mayor preocupación en mostrar los gustos estéticos condicionados por la moda del momento.

Nos encontramos con uno de los más bellos ejemplos de la arquitectura doméstica canaria. La fachada principal presenta paramentos en los que se han simulado sillares de piedra dispuestos de forma regular, sobre los que destacan la disposición simétrica de los vanos.

Detalles de la fachada

La sobriedad de la fachada sólo es interrumpida por unos esgrafiados con decoración vegetal que aparece enmarcando a los vanos.

Esgrafiados_CasaLercaro

El cuerpo central de la fachada está ocupado por un balcón de madera con antepecho de rejería. La base de ma­dera encasetonada con mo­cára­bes aparece profusa­mente decorada con motivos vege­tales. Sobre el dintel de la puerta de este balcón se ubica el escudo familiar, fa­bri­cado en mármol de Gé­nova en el que aparecen re­pre­sentadas las alianzas de Ponte, Lugo, Fonte, Grimaldi y Rizzo

Fachada_CasaLercaro_NorteTenerife
Balcon_Granero_Lercaro

Balcón

Este espléndido balcón cubierto, muestra una soberbia realización de las posibilidades que ofrece el trabajo en madera, descrito y fotografiado en numerosas publicaciones. Llama poderosamente la atención que este singular elemento esté ubicado en la planta que servía de granero, con lo que podemos aventurar que sólo se buscaba una función ostentosa con el que difundir a la esfera pública el poder social y económico de sus ocupantes.

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La puerta de acceso

La puerta de acceso, de grandes dimensiones, está formada por cuarterones moldurados de madera tachonada con piezas de bronce, al igual que la de la casa Méndez – Fonseca (La Casa de Los Balcones)

El zaguán

A través de la puerta principal se accede al zaguán de la vivienda, que presenta un pavimento de baldosas hidráulicas con cenefa decorativa, posiblemente del presente siglo.

Tras el zaguán se da paso a un recinto de comunicación, atrave­sando una verja de hierro fundido que aunque lleva inscrita la fecha de 1651 ‑probablemente la fecha de fábrica original de la vivienda- tuvo que colocarse hacia el siglo XIX dadas las características del material. Tras la verja se llega al mencionado recinto de comunica­ción que en su día debió constituir parte de la galería cubierta del patio, y que hoy se presenta como una dependencia cerrada que comunica con el patio a través de una puerta y dos ventanas de remates curvos.

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Patio Central

La existencia de un patio central se consideró un elemento imprescindible en las construcciones canarias, aunque las habitaciones raramente tomaban luz directa de ellos. De considerables dimensiones, aparecían abiertos y aporticados mostrando graciosas columnas que sustentaban los artesonados de madera, decorados por cojinetes y balaustres torneados. Con el paso de los siglos las galerías de los pisos superiores se cierran, acristalándolas muchas veces con ventanas de guillotina. Estos patios que tuvieron un origen gótico mudéjar, mantienen su presencia durante el largo período que comprendió barroco, prolongándose hasta llegar al neoclasicismo de manera casi inalterable en su estructura.

Patio_Central_Lercaro
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Molino

En torno a este canal que recorría la Villa de sur a norte, aprovechando el gran desnivel que existía entre los extremos de La Orotava se dispusie­ron un total de trece molinos de agua. Formados por un cubo de mamposte­ría para la represa del agua, llama la atención la estructura cilíndrica es­calonada anexa, por la que discurre el agua que hace mover las ruedas hidráulicas.

El primer molino lo construyó Don Lope Gallego en la zona conocida por la sierra o aserradero de madera. El de la Casa de Lercaro fue construido por los fundadores del mayorazgo Don Jerónimo de Ponte Fonte y Doña Catalina Grimaldi Rizzo y Ponte, y constaba ya en el testamento de Doña Catalina fechado el 7 de octubre de 1699, ante escribano público Don Pedro Álvarez de Ledesma:

El molino que está a las espaldas de la casa de esta Villa, una venera de oro con su lazo de diamantes, un arca grande de hierro esmaltada con diferentes colores y dos llaves, las dos imágenes de San Francisco y Santa Catalina, que están en la ermita de San Jerónimo, con su diadema y corona de plata, un cáliz, un misal y demás ornamentos que al presente tengo en el oratorio de las casas de mi morada, y además del cáliz, misal y demás ornamentos que ya tiene dicha ermita.

 El molino lindaba al sur con otro molino, propiedad de Don Antonio Monteverde del Castillo y al norte con huertas de la casa. Movido por agua, presentaba serventía de entrada por la calle Colegio común para la huerta. El agua restante se utilizaba en la fábrica de curtidos o tenería que situada más al norte, también pertenecía a la propiedad de la familia Lercaro y Ponte.